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15 octubre 2016

La Sinfónica junto a coros nacionales -El Litoral-

10-09-16

ANOCHE, EN EL TEATRO MUNICIPAL

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Alejandra Urrutia al frente de la Orquesta, junto a los solistas Phillip Salmon y Susana Caligaris y los Coros Nacional de Niños y Polifónico Nacional.

Foto: Manuel Fabatía

Anoche, la Orquesta Sinfónica Provincial de Santa Fe, dependiente del Ministerio de Innovación y Cultura; se presentó en el Teatro Municipal en un concierto sinfónico-coral junto con el Coro Nacional de Niños y el Coro Polifónico Nacional, dependientes de Ministerio de Cultura de la Nación.

En un Teatro con localidades agotadas, más de 600 personas, entre las que se encontraban presentes autoridades provinciales y municipales, presenciaron lo que fue la interpretación del mundialmente conocido “Réquiem de guerra”, op. 66 (“War Requiem”) del barón británico Benjamin Britten, escrito como tributo a los muertos de la Segunda Guerra Mundial.

Con más de 100 artistas en escena, entre músicos, coreutas y solistas vocales, la dirección estuvo a cargo de la conductora titular de la Orquesta, la Mtra. Alejandra Urrutia, quien ya lleva tres años frente al organismo sinfónico.

Colores

Minutos después de las 21, en la sala principal del teatro sólo las luces del escenario estaban encendidas y los artistas ya ocupaban sus lugares. La maestra Urrutia llegó al podio y con un gesto cordial hacia el público, tomó su batuta y se dispuso a dirigir la obra.

El concierto, necesariamente sin intervalo, fue magistral. El pulso musical de la directora fue muy preciso. El diálogo entre instrumentos y cuerdas vocales fue atrapante a lo largo de toda la interpretación que duró aproximadamente una hora y media. Se podía ver la musicalidad de Urrutia en todos sus movimientos y un nivel de concentración a la altura de la dificultad de la obra. Compleja, completa y apasionante. Los metales y la percusión tuvieron estridencia, las maderas, “tal vez unas de las mejores del país” según se pudo escuchar de algunos entendidos impresionaron. Las cuerdas, impecables. Todos los instrumentistas demostraron una gran calidad artística, ocupando el escenario y los balcones laterales. Los coros, el de niños acompañado por un organista y el de adultos, parecían un solo cuerpo. Tantas voces, tantos colores, tanto talento que el público casi no parpadeaba. Destacada fue la actuación estoica de los solistas vocales. La soprano argentina Susana Caligaris, el tenor británico Philip Salmon y el barítono, también argentino, Luciano Garay; coronaron la velada.

Sentimientos

La intención del texto que mezcla líneas en latín y un poema en inglés de Wilfred Owen fue interpretada con una gran tenacidad y el mensaje, por decirlo de alguna manera, fue transmitido de forma clara y “directo al corazón”. Lo que Britten escribió fue plasmado con tanta agudeza que podía sentirse la crueldad de la guerra y entenderse el sufrimiento de quienes vivieron sus últimos segundos en la soledad interior que provoca un terreno de combate armado.

Todas las piezas encajaron perfectamente y después del último compás de la obra, el público aplaudió efusivamente. Todo el teatro vitoreó la actuación de los artistas y la dirección de la maestra desde el podio. Luego de las reverencias habituales, se presentaron en el escenario el presidente del Centro de Ex Combatientes de Malvinas (sede Santa Fe), Adolfo Seijofer y el veterano de Guerra Sergio Bussemi, para entregarles, tanto a la directora como a los solistas, un ramo de flores como reconocimiento y aprovecharon el momento para hacer honor a la Patria y a la soberanía argentina. El reconocimiento del público fue tan sincero como merecido.

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